cristo coro

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jueves, 30 de julio de 2015

María

Es importante que expreses tu amor a María. Pero más importante todavía es que toda tu vida se convierta en una prolongación de la suya. “María no debe encontrarse fuera del carmelita; el carmelita, al contrario, debe llevar una vida que se parezca tanto a la de María que viva con, en y por María” (Beato Tito Brandsma).
Vives por María cuando la reconoces como reina en tu vida. En lugar de decidir por ti mismo lo que debes hacer, entrega tu poder de decisión en las manos de María. Ella es mucho más perspicaz que tú para discernir lo que es favorable o perjudicial.   
Vives con María cuando intentas hacer como ella hizo o hubiera hecho en las mismas circunstancias. Toma a María por modelo y esfuérzate en actuar de manera que no haya diferencia entre tu comportamiento y el suyo. Ganarás mucho tiempo si aceptas aprender cerca de ella a orar. Si tomas a María como maestra de oración, descubres más fácilmente todo lo que obstaculiza la libertad de Dios y le ata las manos. Ves más claramente las situaciones en las que estás a tu propio servicio en lugar de ser “la esclava del Señor”.
Vivir en María es saber que tienes una Madre que te prodiga su amor maternal. Te sientes protegido y a salvo bajo su manto. Nuestra Madre santa Teresa escribe: “Estando todas en el coro en oración, después de completas, vi a nuestra Señora con grandísima gloria, con manto blanco, y debajo de él parecía ampararnos a todas” (V 36,24).
Vivir en María es confiar enteramente y sin condiciones en su poder maternal y formador. Actúa de preferencia en secreto, le gusta sacar provecho del silencio y la paz de la noche. Por eso es tan bueno por la noche, antes de dormirnos, ponernos a nosotros mismos y toda nuestra vida en sus manos. Si te sabes in sinu Matris, (en el seno de la Madre) y permaneces allí, dándole plena libertad de hacer de ti lo que quiera, comenzarás inevitablemente a parecerte cada vez más a Jesús.
Traducido de W. Stinissen, Cachés dans l'Amour.